Sopa improvisada de pescado con fideos

Tuve una semana difícil, porque es muy pero muy difícil darte cuenta de que una relación a la cual le apostaste mucho no funciona. A mí no me funciona que me dejen siempre para el final, que las buenas intenciones se queden en eso, intenciones, que le hagan el feo a mi familia. ¿A quién le funcionaría una cosa así? Exacto, a nadie.

Pero como dice Mecano "aunque fui yo quien decidió que ya no más y no me cansé de jurarte que no habrá segunda parte, me cuesta tanto olvidarte..." Pasé dos días sintiéndome como la villana del cuento, viendo Bojack Horseman y queriendo llorar. Pero hoy desperté feliz porque a diferencia de lo que hacía en el pasado, esta vez fui capaz de ver por mí misma antes de que el amor creciera y terminara en una relación que me hiciera infeliz. O quizá antes de que existiera realmente. 

Con mi optimismo vino un hambre inmensa a reclamarme por no haber comido bien en esos dos días. De la que te exige que cocines algo más rápido que una Maruchan o te matará. Así que hice una sopa con lo que tenía a la mano y me senté a comerla y ver el partido de la NFL. Como tengo a coneji, lo que tengo a mano siempre son zanahorias y cilantro, le encanta el cilantro.

Quedó deliciosa así que les doy la receta junto con un consejo que, aunque pueda parecer obvio, a veces necesitamos oír: hay personas que tienen tan baja autoestima que te lastiman para, cuando te vayas, no sentir que son ellos los que no son suficientes, que te fuiste por esa cosa fea que te hicieron. No trates de rescatar a nadie del odio que se tiene a sí mismo, no vale la pena. Quiérete tú, y que Dios lo bendiga.

Y se cocina así