Receta de machaca con huevo
No sé cómo empezar esta historia porque bien a bien no sé cómo empezó. Se trata de un chico de esos que te topas tan seguido, que aunque nadie los presenta, se conocen. No hubiera pasado a mayores si no nos hubiéramos visto en una fiesta, hace como un año. Yo estaba sentada con Gabo y George, y me dijeron que escogiera qué tipo me gustaba "y me lo traían a la mesa". Lo señalé a él y les dije: "Me gusta él, pero no se molesten en traerlo, va a venir solito". Obviamente estaba bromeando, ustedes y yo sabemos que soy la peor para ligar DEL UNIVERSO. Me rendí sin ir a la guerra, hasta que lo vi fumando solo. Era mi único chance de decir "¿me das?" sin que sonara tan cheesy. Por suerte pensó que me refería al cigarro y me dijo que me daba con la condición de que bailara con él. Gabo se quedó con la boca abierta. Me acuerdo hasta de la canción, era esa que dice "procura coquetearme más y no reparo de lo que te haré". Lo recuerdo porque me dijo que no sabía bailar salsa y yo pensé "Eso es MERENGUE".
Pero luego de eso ya no hablábamos, sólo chateábamos, y con eso de que me cambié de casa y trabajo ya no me lo topaba jamás. Lo malo del chat es que te quita la pena. Sí, dije que lo malo. Terminas diciéndole cosas a un desconocido que no le dirías a la cara a nadie. Y cada que el "habría que vernos" salía a cuento, me daba tanto miedo que quería salir corriendo. Afortunadamente, el efecto era el mismo del otro lado, y siempre me cancelaba él. Un día me agarré eso de pretexto para enojarme y pararle a los mensajitos. Y para estar segura de no volver a empezar, tuve que hacer el peor deal breaker en nuestros tiempos: el unfollow que le llaman. Esperaba que reaccionara mal, simplemente porque tengo la costumbre de que la gente se enoje conmigo.
Por eso tenía un poco de miedo cuando en vez de mandarme mensajitos agarró el teléfono y me llamó. Llevaba meses hablando con él sin escuchar su voz. Había olvidado que tenía acento norteño y que eso me encanta. En vez de enojarse, me dijo que había sido un grosero y me pidió una disculpa. La verdad me impresionó muchísimo, se necesitan huevos para pedir disculpas. Las acepté, quedamos de vernos más tarde y luego cancelamos como siempre. Al día siguiente me mandó un mensaje muy extraño: "¿Crees que si nos reunimos un día lo primero que hagamos sea besarnos?". Yo le dije: "Sí, por favor, si un día me ves, antes que nada bésame", creyendo que eso nunca iba a pasar. Horas más tarde me llamó de nuevo estaba en mi calle y quería saber el número. Entre que tocó el timbre y encontré las llaves no sé cómo se me quitó el miedo acumulado. Abrí la puerta y lo primero que hicimos fue besarnos. Sólo venía por su beso, y después de que se fue me dije que eso ameritaba una receta de huevos, se necesitan huevos. Después de esto nadie puede negarme que vivo en una chic-flick.
Tenía esta machaca que George me trajo alguna vez de un viaje al norte, esa sí no llegó solita, jaja. Aquí la receta.
INGREDIENTES
- 3 C de cebolla picada
- 1 jitomate saladet grande
- 50 gr de machaca
- 1 chile serrano
- 1 C de aceite vegetal
- 2 huevotes :O
- tortillas para acompañar (de preferencia de harina)
Y SE COCINA ASÍ
- Calienta el aceite en una sartén, y acitrona la cebolla y el chile picados finitos
- Agrega la carne y el jitomate picado en cubitos
- Agrega los huevos y revuelve bien, no le vayas a poner sal, porque la carne de por sí ya está muy salada
- Sirve al momento acompañado con tortillas
Esta receta era demasiado para mí, pero hacía tanto tiempo que tenía ganas de comerla que me la terminé, así pasa. De postre, un merengue, obvio.