La obsesión de los brownies

Llevo varios días encerrada en mi casa viendo The Walking Dead. Ustedes saben que me encanta cocinar pero de verdad durante esta fiebre de zombies pienso que cada minuto lejos de la pantalla es un minuto perdido. ¿Estoy mal? Quienes han pasado por esta clase de lapsus me entenderán, a veces decides alimentarte con lo estrictamente necesario: Nutella y mantequilla de cacahuate a cucharadas. En mi caso, la segunda opción. Y cerveza, obvio.

Pero ayer me desperté con un antojo irresistible de brownies y mientras buscaba la cocoa encontré el tarro de mantequilla de cacahuate todavía a la mitad. Decidí mezclarlos. Luego recordé que alguna vez leí en Pinterest que podías sustituír la leche por stout en la receta de brownies. Una vez compré con Peggy una stout de chocolate buenísima, pero no tenía de ésa, sólo Guinness. No importó, fue una buena elección también. 

Hice mis brownies a toda velocidad y me senté a ver la serie hasta que me dio hambre y fui por más brownies y volví a ver la serie hasta que me dio más hambre y fui por más brownies... y así hasta que llegó a visitarme Pau y me di cuenta de que me había comido casi toda la charola. También había visto casi todos los capítulos. Que estrés, casi ni dormí. ¡Pero no dejaré a Daryl hasta que me haga un hijo! Ok, no...