Receta de aceitunas marinadas con ajo y cítricos
Hace como una semana les contaba que conocí a dos dudes hace poco. Después me quedé pensando que a uno no fue hace poco, fue a principios de octubre, el tiempo vuela. Al principio me parecía perfecto, porque solamente lo veía una vez a la semana y no me llamaba diario. Si lo hacía y yo tenía planes con amigos, o incluso con otro wey, no había drama, y viceversa.
Y de pronto desapareció. Dejó de llamarme y si yo lo hacía me decía que sí, pero no cuándo. Ok, acepto que yo no me quedé sentada esperando a que volviera pero ¿quién lo haría? ¿Penélope, quizá? Been there, done that, bought the t-shirt y no, no lo vuelvo a hacer. Un día me dijo que lo perdonara, que estaba muerto de miedo porque en su última relación...
Aun así, la semana pasada me dijeron que no me había quedado con un trabajo que quería, me descorazoné muchísimo y le llamé. Esta vez fue muy diferente, porque comenzamos a espaciar los mensajes diez minutos en vez de diez horas. Hasta que quedamos de vernos y hasta que otra vez se arrepintió. Yo pensé que el tiempo dejando que se marinaran las cosas habría servido, y no.
Me la paso pensando que no debo de juzgar a los demás porque yo también he estado aterrada ante la idea de volver a salir al meat market. Justo hace tres días me volvió a escribir el famoso Dexter, quien terminara de destruirme el carácter hace años, y el solamente ver su nombre en mi bandeja de entrada me dejó helada durante unos segundos. Pero fueron segundos, luego lo borré y ya. Si ya lidié con mi miedo, ¿por qué tengo que cargar con el de los demás?
En medio de el doble descorazonamiento me mandó un mensaje el típico dude que lo intenta, y lo intenta, y no se da por vencido. Le ayudó que yo estuviera en ese state of mind, porque le dije que sí, y salí con él el miércoles. Bueno, creo que también le ayudó que me estaba echando unos whiskys, pero quedamos en que no íbamos a juzgar a nadie aquí. ¿Cómo me fue? Mal, por supuesto, ya saben que estas cosas nada más no se me dan.
Terminó igual que siempre: yo contándole a Arturo, él tratando de distraerme y yo yéndome al súper para cocinar algo en ese mismo segundo y no explotar. Lo que hice fue poner a marinar estas aceitunas, porque el sábado tengo fiesta en la casa y se deben hacer con dos días de anticipación. En la cocina sí me salen las cosas tal como las planeo, quizá ya deba aprender que en la vida real las recetas no aplican.
Igual hoy me desperté feliz, como si nada. Me serví un café y me senté a escribir. No sé si es porque algo en mí funciona mal, o funciona bien, pero simplemente no puedo parar. Les dejo la receta de las aceitunas y ya veremos qué pasa.
Ingredientes
- 1 ½ tazas de aceitunas negras
- 1 ½ tazas de aceitunas verdes
- 1 taza de aceite de oliva
- ¼ taza de cilantro fresco
- ¼ taza de jugo de limón
- ¼ taza de jugo de naranja
- 6 dientes de ajo
- 3 C de perejil fresco
- 1 C de ralladura de limón
- 1 C de ralladura de naranja
- 1/2 cc de paprika
- sal al gusto
Y se cocina así
- Pela y corta en láminas los dientes de ajo.
- Pica finamente el cilantro y el perejil
- Mezcla todos los ingredientes en una bolsa de plástico y agítala bien.
- Refrigera durante dos días, máximo tres, revolviendo de vez en cuando.
- Saca del refrigerador por lo menos una hora antes de servir acompañadas de un poco de jugo.
Sirve como botana, nada muy consistente, ni modo.
Además de las aceitunas, Arturo y yo preparamos una playlist de 10 horas para la fiesta (no va a venir y aun así será el DJ, ¿no lo aman?, yo sí). Les dejo la nueva canción del momento. Ok, desde ayer, pero ya ven que soy muy entusiasta. Adiós.
Inténtalo, apaga este motor en movimiento.
Mi fábrica de baile no cabe en tu corazón pequeño...