Receta de hummus de betabel asado
Hoy es mi cumpleaños (el de verdad, porque saben que tengo dos). Hace ya un rato que entré en la edad en que cumplir años te deprime más de lo que te emociona y esta vez me pegó con fuerza.
El día en que cumplí treinta, tomé muchas decisiones importantes. Una de ellas fue tener una familia. Dos años, un intento de inseminación artificial, dos procesos en el DIF que terminaron en negativa, muchos médicos que me dicen que debería de poderme embarazar y millones de reproducciones de Killer Queen después, sigo en la casilla de salida.
Quizá lo único que ha cambiado es que ya no pienso que la culpa de todo la tiene mi mala suerte. Por eso me deprimí más, porque me doy cuenta de que me he boicoteado. Es decir, cuando Alejandro se arrepintió de ser papá, en vez de buscar otro donador, me puse a cocinar y dejé el tratamiento. Y yo sabía que estaba intentando adoptar cuando pensé que ser una buena persona era más importante que mantener mi empleo. Ergo no tengo ingreso fijo, ergo no me dieron al niño en adopción.
Y también me la he pasado escogiendo como con pinzas a cada wey que no me conviene y diciéndole a los que sí que es que estoy enamorada de alguien más.
El caso es que, depre o no depre, hice fiesta en mi casa. Quería hacer ese famoso pastel iconoclasta que hago para mi hermana porque fue el día de su cumpleaños. A la mitad del proceso otra vez se descompuso mi batidora y se cayó el pastel, así que lo tiré segura de que de verdad nunca jamás en toda mi vida iba a poder hacerlo.
Pensé intentarlo sólo una vez más y mandar todo a la fregada, hasta la fiesta, si no me salía. Ya ven que casi no me gusta el drama. Pero en eso vinieron Gustavo y Marina a traerme unas bocinas y me dijeron que si no lo lograba pasaban al Globo por uno. ¿Un pastel comprado? NOT UNDER MY WATCH! Así que, chueco y todo, lo terminé.
A lo mejor necesito que alguien me amenace con comprarme una familia para ponerme las pilas. Pero está bien, lo intentaré una vez más. La fiesta estuvo divertida aunque la verdad me dio flojera hacer de comer y sólo preparé botanas: las típicas papitas de mi casa, aceitunas marinadas y hummus de betabel con zanahorias y apio. Así fue como supimos que Eduardo es muy fan de las zanahorias y confirmamos mis terribles sospechas de que David nada más me da el avión (dice que no le gusta el betabel y aun así se lo comió, es muy incongruente ese señor)...
El domingo me fui con la familia que ya tengo al ComiCon porque geek. Me reconoció un wey, y me pidió tomarse una foto conmigo, ¿lo pueden creer? También me tomé una con Chewbacca y luego me quedé pensando que a mi edad ya debería de saber que hay un tipo dentro de la botarga y no dejar que me abrace así como me abrazó ese wookie.
Luego me dejaron a mi sobrina y ahí fue cuando toda la tristeza se acabó de ir. Pusimos tres coreografías (todavía me sé la de Ghostbusters, bitches), hicimos una tienda de campaña y leímos cuentos, jugamos a la comidita y cenamos pastel. Entonces en vez de decirle Marijó le dije sin querer Estefanía, porque otra vez tenía ocho años y estaba jugando a mis cosas favoritas con mi hermana. Ese fue mi mejor regalo: regresar durante un día a la época en que no me preocupaba nada de lo que nos preocupa a los adultos y todo era color de rosa.
Por supuesto me duele la espalda por haber intentado hacer vueltas de carro, la mano porque ahora resulta que me dan calambres cuando lavo platos y el corazón de haber tenido que desarmar la tienda de campaña, porque Maria José no es Estefanía y yo no tengo ocho años sino 32.
En fin, happy birthday to me, anyway. Les dejo la receta del hummus de betabel que fue todo un éxito, o eso me quieren hacer creer. Adiós.
Ingredientes
- 1 betabel pequeño
- 1 C de aceite vegetal
- 1 3/4 taza de garbanzos cocidos en lata
- la cáscara de un limón grande
- 2 dientes de ajo
- 2 C de tahini (pasta de ajonjolí)
- 1/4 taza de aceite de oliva extra virgen
- sal y pimienta al gusto
Y se cocina así
- Barniza el betabel con el aceite de canola, envuélvelo en papel aluminio (la parte opaca hacia afuera) y hornéalo a 180ºC durante una hora o hasta que esté suave
- Ya que esté frío, pélalo y mételo al procesador de alimentos hasta que esté picado muy finamente, agrega los demás ingredientes excepto el aceite de oliva y sigue moliendo hasta que forme una pasta suave
- Sin dejar de moler, agrega poco a poco el aceite para hacer una emulsión
- Ajusta la sazón si es necesario
Let them eat cake. |